jueves, 27 de noviembre de 2008
VOLVER AL FUTURO
El sistema financiero en crisis ha perdido otro enorme y jugoso negocio luego de timbear durante 14 años con los haberes futuros de los argentinos. Una mala noticia para el mundo especulativo y una esperanza para miles de trabajadores,que zafan de un sistema de riesgo crediticio y regresan a uno de seguridad social. Para el Gobierno, se abre el desafío de administrar los fondos jubilatorios mejor que nadie.
Aunque todavía cueste creerlo, el sistema jubilatorio privado que Carlos Menem creó en 1994 y que dijo haber llegado para quedarse y acompañar la vida de varias generaciones de trabajadores argentinos, se hizo trizas apenas arreció la crisis financiera internacional.
Hace 17 años, en 1992, el tristemente célebre Domingo Cavallo, por entonces ministro de Economía de la revolución productiva que nunca fue, había resuelto la liquidación de cajas jubilatorias y de pensión. Luego, y a pesar de enormes marchas en contra, llegó la reforma jubilatoria, la que el naciente sindicalismo combativo antimenemista consideró “el fin de la jubilación de reparto”. Al final sobrevivió y dentro de poco será la única opción, pero fueron necesarios quince años y la crisis financiera internacional más importante de las últimas 8 décadas, para que la Argentina extirpara una de las principales reformas impulsadas, a cualquier precio, por el Consenso de Washington.
La triste historia
A fines de 1994, los economistas reconocían que la Argentina había impulsados esas reformas “tarde, pero en tiempo récord”. Era cierto, el menemismo se tomó sólo tres años para hacer añicos un sistema jubilatorio centenario que a pesar de sus defectos, había logrado administrar los aportes previsionales del país con dificultades, pero sin razones suficientes para ser liquidado y menos, para enajenar los aportes jubilatorios de millones de argentinos que vivieron desde entonces, uno de los peores vaciamientos de los mejores esfuerzos de toda su vida.
En 1992, cuando promediaba el primer año de su reinado en Economía, Cavallo resolvió la creación de la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSeS), el organismo donde fundió las principales cajas previsionales del país. Ellas fueron el ex-Instituto Nacional de Previsión Social (INPS); las tres ex-cajas nacionales de previsión (Industria, Comercio y Actividades Civiles, Estado y Servicios Públicos y Autónomos) y también liquidación de las tres ex-cajas de asignaciones familiares, tres siglas que muy pocos recordarán: CASFPI (Industria), CASFEC (Empleados de Comercio) y CASFPIMAR (Estibadores Portuarios).
Hasta entonces duró como sistema único el tradicional mecanismo donde todos los asalariados aportan parte de su dinero para que los trabajadores jubilados puedan subsistir, luego de haber trabajado toda una vida y bajo la garantía del Estado de administrar el dinero que aporte la siguiente generación de trabajadores. El clásico sistema de solidaridad social que fue puesto en duda miles de veces por el menemismo hasta que lo fracturó.
Cuando la nueva ANSeS cumplió los dos años de vida, el calvo padre del peso convertible creó el Sistema Integrado de Jubilación y Pensión, es decir la reducción del clásico sistema llamado de reparto, y la creación de un sistema jubilatorio, de ahorro por cuenta individual, algo muy parecido a lo que implantó el dictador Augusto Pinochet en Chile en los primeros años de la década del ‘80. Así fue que en pocos años, los aportes de millones de argentinos pasaron a manos de grupos internacionales como BBVA, ING, MetLife, HSBC y CNP, los principales operadores de las Administradoras de Fondos de Jubilación y Pensión (AFJP), una de las opciones aparte de la jubilación por reparto. Se llamó mixto, y consistió en la convivencia del sistema que Menem quiso liquidar, con la nueva y jugosa oportunidad de hacer negocios financieros con los frescos fondos de varias generaciones.
Vecinos que sí, vecinos que no
Se trató de la reforma previsional más importante de la historia argentina y fue parte esencial de una ola privatizadora en América Latina que alcanzó al sistema previsional y lo dañó seriamente. Once países en la región cuentan hoy con sistemas jubilatorios privados, de los cuales seis sustituyeron por completo el régimen público, como Chile o México, y ocho tienen regímenes mixtos, como Argentina y Uruguay, o en competencia, como Perú.
Del otro lado también hubo ocho. Fueron los que mantuvieron la previsión social en la órbita del Estado, pero algunos incorporaron cambios. Brasil introdujo en 2002 reformas que permiten al trabajador efectuar ahorros voluntarios en una administradora privada, además de la contribución obligatoria al régimen de reparto. Un sistema similar rige en Uruguay, donde cierta franja de asalariados solo cotiza al sistema estatal, mientras otra lo hace simultáneamente a los dos regímenes.
En esos años, la Argentina pasó de un sistema de seguridad social a uno de riesgo crediticio que vivió durante 14 años cobrando una de las comisiones por administración de los fondos “más caras del mundo”, según un informe de la Organización Internacional del Trabajo contratado por la ANSeS.
Una muestra es que actualmente hay 9,5 millones de personas afiliadas las AFJP, pero solo aportan regularmente 3,6 millones, y hay unos 5,2 millones de trabajadores en el sistema estatal de reparto, de los que 3,8 millones cotizan cada mes. Las AFJP reciben hoy aportes anuales de unos 15.000 millones de pesos (unos 5.000 millones de dólares) y administran unos 33.000 millones de dólares, que invierten sobre todo en bonos de deuda pública nacional (55 por ciento) y, en menor medida, en títulos extranjeros, acciones y depósitos de plazo fijo.
En el revelador análisis titulado Las promesas incumplidas del régimen de capitalización, la ANSES, dependiente del Ministerio de Trabajo, sostuvo que la caída mundial de las bolsas de valores confirmó "brutalmente" que el sistema privado es "inadecuado" y su rentabilidad negativa. O sea, que se pierde plata. Y no cualquier plata, sino la que uno aporta y cree ahorrar toda la vida para que cuando llegue a viejo no se muera por no poder trabajar y no tener con qué comer.
Según datos de las AFJP, la rentabilidad del sistema cayó 2,2 por ciento el último año en términos nominales. Pero, con la evolución de la tasa de inflación, la pérdida real de rentabilidad fue de 20 por ciento. Un dato que gran parte del periodismo canalla puso en duda por más de una década: que los aportantes al sistema privado recibirían menos plata de la que aportaron.
De acuerdo al organismo el sistema es inviable porque el Estado está garantizando con sus fondos el pago de miles de jubilaciones privadas. Setenta y siete por ciento de las 445.000 personas que se jubilaron en alguna AFJP, reciben dineros públicos como complemento de sus pensiones que están por debajo de los montos mínimos legales. Varios miles de jubilados, que ya consumieron sus ahorros previsionales en las AFJP, dependen ahora de las pensiones que les paga el Estado.
Jubiletas K
El fin de la jubilación privada tuvo algunos antecedentes que fueron a contramano de la liquidación previsional. Durante el gobierno de Néstor Kirchner hubo mejoras en el sistema, pero no cambios de fondo.
En 2005, se facilitó la jubilación de 1,5 millones de personas, la mayoría mujeres que no habían cotizado durante su vida laboral, y se elevó a 95 por ciento la cobertura previsional. Cuando se crearon las AFJP, los trabajadores debieron optar entre uno u otro régimen y los indecisos fueron asociados compulsivamente a alguna administradora privada. En 2007, después de mandarle aportantes a las empresas por 10 años, se abrió el sistema privado de jubilaciones para que sus afiliados pudieran pasarse o volver al Estado, un salto que pegaron 1,3 millones de trabajadores.
En 2005, se elevó a 95% la cobertura previsional en el país. En 2007, se habilitó el retorno al sistema de reparto, opción elegida por 1,3 millones de trabajadores. La ley que permitía el traspaso también establecía que no habría más cambios hasta 2012, pero la crisis mundial aceleró los tiempos, la caída de las AFJP se precipitó y quizás por eso investigan a varias de esas empresas por manejos fraudulentos antes del anuncio oficial que ya desató el primer malestar del establishment financiero: en los días siguientes a la oficialización del fin de la timba, el índice del Mercado de Valores cayó un 10,1%, ante “la preocupación de los inversionistas”. El Ibovespa de Brasil, la mayor economía latinoamericana, cerró un 10,2% a la baja, y la Bolsa de Madrid (IBEX) cayó un 8%, mientras que las empresas ibéricas instaladas en Argentina, como Repsol y Telefónica, resultaron muy golpeadas, aunque desde que se instalaron en el continente han multiplicado sus ganancias de manera escandalosa y a precio vil.
Los datos son elocuentes. El sistema financiero en crisis se ha perdido otro enorme y jugoso negocio. Una mala noticia para el mundo especulativo y una esperanza para miles de trabajadores. Para el Gobierno es, sin duda, la obligación de jubilar a todos aquellos que no reciben absolutamente nada, evitar que el PAMI regrese a sus peores momentos, y administrar los fondos jubilatorios mejor que nadie.
Por Carmelo Paredes
Publicado por Revista Zoom|
viernes, 24 de octubre de 2008
DONDE MANDAN LAS MUJERES
La aldea Ligue, en el suroeste de China, es llamada el País de las Hijas. La minoría étnica Mosuo, que vive allí, es famosa por el matriarcado, sistema social en el cual no son los varones, sino las mujeres quienes deciden los destinos de la sociedad.
En Ligue nadie se desvela por los festejos de bodas, porque en vez de la institución del matrimonio, es universal la práctica de "visitas nocturnas" de los varones a las habitaciones de las mujeres.
Un paso a la derecha, pausa, un paso a la izquierda, danza con la compañera de la ronda. Los varones que viven en Ligue contemplan a sus mujeres sentados en bancos de madera distribuidos alrededor de la plaza.
a primera parte de la danza Jiachouti es sólo para las damas, quienes para ocasión tan especial se han puesto faldas blancas y pelucas negras trenzadas. Los caballeros están sentados no porque les falte coraje, simple y dócilmente esperan hasta que llegue su turno.
En la aldea Ligue, que está junto al lago Lugu, las mujeres llevan la voz cantante en todos los asuntos. Este estado de las cosas es así desde hace mil 500 años; o sea, desde que los mosuo se asentaron en el norte de las montañas de la provincia Yunnan, cerca de la cadena oriental de la cordillera de Himalaya, que se extiende hacia el Tibet. En esa región montañosa, sin caminos, totalmente aislada del mundo exterior, nació el País de las Hijas: una aldea en la que rige un sistema social único en el mundo.
La minoría étnica Mosuo tiene alrededor de 30 mil personas. En el suroeste de China, más de la mitad de sus miembros sigue viviendo hoy de acuerdo con los principios del matriarcado.
Aquí, la pertenencia a una familia se define por los lazos de sangre por línea materna. Las decisiones son tomadas por las mujeres, quienes no sólo manejan las cuestiones económicas, sino que también median en los conflictos con las aldeas vecinas.
La jerarquía del sexo, distinta de las tradiciones europeas, puede advertirse claramente también en la lengua de esta minoría étnica. La majestuosa formación de roca granítica, de 3 mil 600 metros, que domina la aldea y por las oches cubre a la aldea con su sombra, honrada en toda la región como una deidad, se llama "Ganmu", que significa "montaña mujer". En tanto que las elevaciones más pequeñas que rodean a Ganmu se llaman "montañas varones".
Lo mismo sucede con los árboles, los grandes son de género femenino, y los más bajos de género masculino. El lago Lugu -la fuente de agua potable del pueblo- se llama "Xiena mi", o sea: "lago madre".
Matrimonio por una noche
Pero volvamos a la exhibición de danzas de la aldea. Después de la segunda canción, las danzarinas se dirigen a la parte abierta de la plaza para calentarse junto al caldero ligeramente oxidado que pende sobre la fogata.
Un rato después, los altavoces dejan oír los sonidos de flautas y tambores, y el eufórico falsete de una de las cantantes atraviesa dolorosamente a la audiencia. Todas las voces se unen a la antigua melodía, que tiene varios siglos. Saltan al ritmo de la melodía, incluso dos enormes perros, uno negro y el otro blanco, que parecen dos bolas de lana.
Las habitantes de Ligue les prestan más a tención a estos animales que a sus hombres, quienes después del tema siguiente, con ostentación apagan sus cigarrillos y forman una fila en la plaza. Visten jeans, zapatos deporticos y sombreros de cowboy. Incluso con los ponchos de seda tienen un aspecto más insignificante que las danzarinas, ataviadas con collares de perlas y fajas con los colores del arcoiris.
En la minoría Mosuo los varones jóvenes tienen pocas ocasiones para acercarse a sus damas a una hora tan temprana como las de los días de danza. Cuando la aldea no recibe turistas, pueden visitarlas sólo a la noche, en las llamadas habitaciones floridas, o sea, las habitaciones de las mujeres. Sin embargo, después del amanecer los varones tienen que volver a sus casas.
En el pueblo Mosuo el ritual se llama "la visita". Su efecto, desde luego, puede ser la descendencia, que luego es cuidada por las hermanas y tías de la madre.
"La sensualidad pasa, pero la familia dura por siempre"- dice Naji, de 22 años, que vive en una misma casa con su abuela, su madre, tíos, tías y seis hermanxs.
Incluso si hermanas y hermanos son de distintos padres, todos pertenecen a la misma familia. A los 13 años, durante la fiesta de Año Nuevo, Naji vistió por primera vez el traje de adulta y recibió su habitación propia, una habitación florida, en la que podía comenzar a recibir a sus visitantes nocturnos.
A diferencia de otras culturas, lxs Mosuo rechazan la institución del matrimonio como pilar de la sociedad. Pertenece a la familia quien está emparentadx con la madre. Los padres juegan un rol subalterno.
A diferencia de Pekín o Shangai el poderío económico del varón no es ventaja al buscar compañera. La sociedad mosuo hasta hoy vive en la convicción de que ni la riqueza , ni el poder tienen la menor influencia sobre la elección del compañero de vida.
La convivencia entre mujeres y varones tampoco se relaciona con la tradicional división de las responsabilidades familiares.
La parte norte de la provincia de Yunnan es una de las regiones más hermosas de China. Desde hace un año la visitan cada vez más turistas, lo que hace que la región se enriquezca más.
Gracias al turismo el pueblo mosuo es una de las minorías étnicas más ricas del país. La entrada para las representaciones nocturnas de Ligue cuesta 20 yuans (alrededor de 2 dólares), lo mismo que cuesta una cena para dos.
En la aldea viven 170 personas, hay dos albergues de la juventud y más de una decena de hoteles, y el sonido de las muchas construcciones se oyen incluso del otro lado del lago.
Las visitas nocturnas
Más de un turista masculino alienta la esperanza de que durante las exhibiciones de danzas y la romántica cena a orillas del lago Lugu podrá gozar del amor de muchas Amazonas sedientas de amor.
Los varones tienen expectativas de paraíso, en los que el amor libre no tiene consecuencias. Se imaginan que vivirán una aventura sexual oriental en el seno de la naturaleza.
Durante el viaje de 8 horas desde la localidad de Lijiang los chinos que viajan solos contemplan con ilusión la televisación de una película que promociona las excursiones a Ligue. En ella se presenta una cabaña de madera, iluminada con velas, en las que una hermosa mujer recibe la visita nocturna de un varón.
En la propaganda, la vida de la sociedad mosuo se limita a los encuentros nocturnos, la danza, el canto, las vestimentas coloridas y los anticuados kayacs de madera sobre el lago Lugu.
Lxs habitantes de Ligue de buena gana participan en las películas que promocionan su aldea, porque gracias a eso pueden llevar una vida bastante holgada.
Dos pasos adelante, tres pasos en el lugar, pausa. Cuando durante la representación las danzarinas invitan a danzar a un invitado, es el momento de la proposición femenina. -Si durante la danza bajas la mano y con el pulpejo de los dedos tocás el interior de la palma de la mujer que danza a tu lado, eso significa que te interesa- explica Naji.
A pesar de todo, lxs habitantes de la aldea no apoyan que se entre en contacto más íntimo con los extraños. Las mosuo no son de naturaleza lasciva y fácil, y muchas de ellas son fieles a un solo compañero a lo largo de varias decenas de años.
Por lo tanto, los turistas pueden verse desencantados, porque con frecuencia lo único que pueden llevarse como recuerdo son algunas fotos, por supuesto que con los dedos índices y medio haciendo la V de la vistoria. Nadie despreciará tan estético souvenir, por lo tanto, durante las pausas las más agraciadas de las danzantes son, literalmente, acosadas por los fotógrafos.
El show siempre termina con una especie de concurso de canto, en el que el público compite con lxs habitantes de la aldea. En el repertorio hay tanto melodías tradicionales como modernas, y entre las sucesivas canciones se intercalan conversaciones y risas. El concurso se lleva a cabo tarde por la noche y poco tiene que ver con el canto.
"Cuanto más fuerte, mejor" es la simple regla de ese juego, aunque siempre suele terminar en empate. Las mujeres de Ligue, a pesar de su posición predominante en la jerarquía social, no han sido dotadas de una voz demasiado potente y en la confrontación vocal no tienen mayores chances frente a los aullidos de los turistas debidamente entonados por el alcohol.
Stephan Orth
Publicado por Gazeta Wyborcza el 2 de septiembre de 2008
Traducción del polaco para RIMA de Bárbara Gill
Fuente: Der Spiegel
LARGO ADIOS AL CLUB DE PARIS
La deuda actual con el Club de París es el saldo de una serie de operaciones iniciadas por el Estado argentino hace ya más de 50 años.
Cuando a partir del año 2004 el Gobierno decidió renegociar en sus montos, tasas y plazos, su deuda externa excluyó del ajuste las deudas contraídas con los organismos financieros internacionales (FMI, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo) y con el Club de París, que reúne a 19 países del mundo desarrollado.
La sorpresiva decisión del Gobierno nacional de cancelar la deuda con el Club de París ha generado un debate sobre la oportunidad, la forma y la necesidad de encarar, en un momento de tantas tribulaciones en el campo político, económico y social en el ámbito local, regional e internacional, una operación de esta naturaleza.
Este debate, siempre conveniente, no ha quedado circunscripto a los especialistas sino que se extendió a otros círculos más amplios. Según encuestas realizadas, un amplio espectro de la sociedad ha manifestado su acuerdo con la medida, entendiendo las circunstancias que aconsejaban llevarla a cabo.La decisión comunicada por la Presidenta -sin que mediara expectativa alguna por parte de los medios especializados- de que había dispuesto instruir al ministro de Economía para cancelar la deuda vencida con dicha institución con recursos provenientes de las reservas disponibles del Banco Central, tomó por sorpresa a la opinión pública pero, sobre todo, a la clase política que tuvo que sentar posición respecto de la medida y elaborar argumentos para fundamentarla.
Hacía ya un par de años que el gobierno había iniciado las negociaciones para refinanciar esta deuda, pero el Club de París había puesto como condición la intervención del Fondo Monetario Internacional en el monitoreo de las políticas económicas nacionales.
Esta condición irreductible por parte de los acreedores no fue aceptada por el Gobierno argentino en una actitud que se correspondía con la decisión de librarnos de esa inaceptable tutela.
Resulta necesario tener presente que las decisiones del Club de París se toman por unanimidad y que algunos de los países miembros no guardan buen recuerdo de las quitas que tuvieron que aceptar algunos de sus ciudadanos durante la renegociación de la deuda en default.
Detengámonos brevemente sobre las reacciones negativas que ha despertado esta decisión entre algunos sectores -fundamentalmente opositores- que manifiestan que esos recursos deberían ser dedicados a imperiosos reclamos locales.
El argumento en este caso es, a nuestro juicio, débil, ya que con independencia de las limitaciones de tipo reglamentario y jurídico que lo impiden, es fácilmente imaginable el impacto que tendría sobre el proceso inflacionario lanzar al mercado una cifra en pesos de semejante volumen.
En cuanto a las argumentaciones críticas sobre la forma de pago, consideramos que las negociaciones dejaban en claro que lo que se pretendía era una renuncia por parte de la Argentina a su independencia en la toma de decisiones soberanas en materia de políticas económicas y sociales, independencia que si bien no es absoluta, se reduciría sensiblemente con la intervención del FMI.
La presión del sistema financiero internacional, transmitida por parte de importantes representantes de países con los cuales la Argentina tiene relaciones comerciales, hizo difícil diferir la solución del conflicto.
En un marco complejo, tanto en el ámbito local como en el internacional, el gobierno tuvo que tomar el único camino posible: la cancelación del total de la suma vencida que asciende, con intereses y punitorios, a una suma cercana a los 7 mil millones de dólares.
El camino para la concreción del pago no es simple. El Poder Ejecutivo deberá elevar al Parlamento un proyecto de ley que apruebe el pago, pero por sobre todo, que autorice el uso de las reservas del Banco Central para hacerlo, además de tomar precauciones para evitar posibles embargos de los acreedores que no aceptaron el canje de deuda.
Deseamos, en primer lugar, señalar que compartimos una opinión favorable con la decisión tomada porque, entre otras razones, es una deuda que interfiere con las relaciones comerciales que la Argentina tiene con los países miembros del Club de París.
En segundo lugar, si bien se trata de un monto reducido en relación con la deuda pública total, al cancelar un pasivo en moneda extranjera se mejora su perfil, al tener un mayor porcentaje de deuda en moneda local.
En tercer lugar, se favorecen las posibilidades de que inversores domésticos y extranjeros obtengan financiamiento externo a tasas menores que las vigentes y el acceso a garantías de inversión que actualmente les están vedadas.
En cuarto lugar, si las conocidas calificadoras de riesgo actuaran con objetividad, deberían modificar sus guarismos respecto de la Argentina, restándoles argumentos a los profetas del desastre que resurgen a la luz de los problemas que acechan al país en esta crisis financiera internacional.
En quinto lugar, aunque las reservas del Banco Central han conocido períodos más holgados, la modificación que se producirá en su monto una vez efectuado el pago no alterará sustancialmente su capacidad de intervención en el caso de que fuera necesaria.
En sexto lugar, si bien el monto a saldar es una cifra significativa para la economía argentina e insignificante desde el punto de vista del sistema financiero internacional, consideramos que los efectos a nivel local no serán sustanciales, en la medida en que se mantengan los equilibrios macroeconómicos que hasta ahora acompañaron y son requeridos para consolidar una economía con desarrollo sustentable en el tiempo.
Por último, dos reflexiones finales. Es predecible, que el Gobierno crea oportuno continuar con una depuración de las deudas que aún no fueron consideradas. El hacerlo, volverá a generar una discusión, que será dura pero positiva.
Es bueno que la sociedad active su interés por participar en las decisiones del Gobierno, ya que así le dará la fortaleza que no surge cuando la toma de decisiones es hecha en pequeños cenáculos.
Mientras se resuelven estos importantes asuntos de Estado, no olvidemos que el objetivo prioritario que hoy nos interpela sigue siendo la distribución equitativa del ingreso y a ello nos debemos abocar todos: Gobierno, oposición, productores y trabajadores.
por Abraham Leonardo Gak
Profesor honorario de la UBA
AUSENCIAS
Así, tan breve pero intenso, se expresó ayer el fotógrafo argentino Gustavo Germano, nacido en Entre Ríos y radicado en España, que vino a la Argentina a presentar su muestra Ausencias que, al igual que con la misma contundencia de su escueto discurso, muestra a través de la fotografía catorce casos de historias de desaparecidos donde quedan expuestos el dolor de la ausencia y el sentimiento de la permanente presencia de quienes ya no están. Uno de ellos es Eduardo Raúl Germano, hermano de Gustavo, quien fue secuestrado el 17 de diciembre de 1976 a los dieciocho años por miembros del Ejército y de la policía de la provincia de Santa Fe, en Rosario.
La muestra se inauguró ayer en el Centro Cultural Recoleta y contó con la presencia de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, miembros de organismos de derechos humanos, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, el periodista, escritor y titular del CELS, Horacio Verbitsky, Antoni Traveria, director general de Casa Amèrica Catalunya –institución que produjo la muestra– y directivos de Página/12, auspiciante junto a la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.
Antes de que comenzaran los discursos, Cristina Fernández de Kirchner recorrió las 28 fotografías que componen Ausencias. Cada historia se compone de dos fotos. Una extraída de álbumes familiares donde aparece en un determinado lugar una víctima del terrorismo de Estado junto a familiares y/o amigos; es decir, una foto producto de la espontaneidad y de la cotidianidad de un momento agradable. En la otra, tomada por Germano treinta años más tarde, aparecen en los mismos lugares que en las fotos de origen los familiares y/o amigos, dando cuenta del ser ausente pero, a la vez, presente.
El autor de la muestra le fue explicando a la Presidenta las características de cada foto, de cada situación, de cómo había sido la desaparición y el corazón de la muestra; es decir, cómo se habían hecho las fotos con los familiares sobrevivientes.
Posteriormente, Fernández de Kirchner se reunió con algunos de los familiares que aparecen en las fotos y que viajaron especialmente a Buenos Aires, y mantuvo una conversación con ellos. Cada uno le contó las historias de sus vidas, de sus cosas hasta que la Presidenta escribió una frase en el libro del C. C. Recoleta, donde pueden expresar las emociones y reflexiones de los visitantes: “No es casualidad que estas ausencias cuenten con nuestra presencia”, dejó estampado de puño y letra.
Vale destacar que es la primera vez que una máxima autoridad del país visita el C. C. Recoleta, ya que si bien se inauguró durante la dictadura, ningún presidente de la democracia había estado en esta institución cultural. Al finalizar el recorrido y ante la pregunta de un cronista acerca de qué comentario le merecía la muestra, la Presidenta dijo conmovida: “No necesita comentarios”. Un rato más tarde, luego de abrazar a Estela de Carlotto, señaló: “Cuando uno mira estas fotos, los comentarios huelgan. Creo que la fuerza de las imágenes junto a la fuerza de la historia es definitiva”.
El significado de la barbarie
Para aquel momento, el Patio de los Naranjos del Recoleta estaba superpoblado. Arrancó Verbitsky explicando que la muestra fue organizada inicialmente en Barcelona por la Casa Amèrica Catalunya y que estará recorriendo distintos lugares del país, de la región y del mundo porque “ha tenido un enorme impacto. Transmite con muchísima intensidad lo que significa la ausencia de una persona insertada en la cotidianidad de una familia”.
El autor de El vuelo destacó: “Para quienes tenemos relación con el tema es muy conmovdeor, pero además creo que ayuda a que quienes no tienen relación con esta cuestión se representen mejor qué significa esa barbarie de arrancar una persona de su propia vida, de su cotidianidad, de su familia, como ocurrió en nuestro país. Yo quiero agradecerle a Gustavo Germano la enorme sensibilidad poética, artística, con la que él ha hecho esto. Los que hemos trabajado desde el periodismo, desde los libros, sobre los derechos humanos en este tema creo que somos los que sabemos que nadie mejor que un artista para transmitir en profundidad lo que esto significa. Y el trabajo que ha hecho Germano, desde mi punto de vista personal, es la cosa más conmovedora que yo he visto nunca sobre este tema”.
Una obligación moral y ética
Luego de Germano habló Traveria: “Ausencias es una muestra que rescata la memoria de quienes están para los que no están, pero que nunca se fueron, los recuerdos más íntimos, aquella salida al campo de los amigos, las sonrisas, las vivencias, aquella fotografía de más de treinta años en cualquier lugar de encuentro personal”, expresó el director de Casa Amèrica Catalunya quien, además, comentó que Germano presentó su proyecto a esa institución nada menos que un 24 de marzo de 2006, y que traer la muestra a la Argentina fue una “obligación moral y ética”. “Es una satisfacción, un lujo trabajar con Gustavo y compartir con él sus emociones, sus sentimientos a través de sus fotografías y de lo que cada una de ellas muestra y representa”, reflexionó Traveria.
Ausencias fue inaugurada el 17 de octubre del año pasado en Barcelona y, desde aquel mismo momento, el impacto que causó hizo crecer su repercusión, motivo por el que seguirá circulando por Europa pero también por América latina y por las provincias de la Argentina. En Buenos Aires estará hasta el 30 de marzo, luego irá a Paraná en mayo y la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación la hará itinerante por las provincias. Estará en Santiago de Chile, se podrá ver también en Uruguay y Paraguay, mientras se está conversando con Colombia y México para llevarla a esos países.
El director de Botín de guerra y Cazadores de utopías, David Blaustein, presente en la inauguración, señaló a este diario: “La verdad es que estoy un poco perplejo. Hacía mucho tiempo que un recurso artístico no me dejaba tan conmovido y tan enmudecido. Me impresiona la capacidad del artista para conmover, y para que el arte siga siendo en nuestro país tan original para producir memoria”.
Oscar Ranzani
Publicado en Página12 el 27 de Febrero de 2008
EL PRECIO DE LA SOBERANIA
Menos de 48 horas más tarde, el Congreso aprobó la reestatización de Aerolíneas Argentinas.
¿Son decisiones contradictorias o complementarias?
Lo de Aerolíneas fue accionar sobre un hecho casi consumado. La empresa estaba técnicamente quebrada y la presión era muy grande: los trabajadores apretaban para no quedar en la calle, los gallegos ya no querían poner más plata (si es que alguna vez pusieron algo) y el destrato diario a miles de pasajeros (en años de auge turístico) no daba para más.
Dicen que la posición de los gremios más una encuesta y los rumores del ambiente llevaron a la presidenta a impulsar la reestatización y enviar el proyecto al parlamento. Lo demás, ya es conocido, aunque el líder de los trabajadores aeronáuticos aporta en esta edición datos claves en una charla esclarecedora.
El pago al Club de París parece apuntar a desbaratar múltiples operaciones de la patria financiera para instalar un insólito clima de default.
La pelea con España por Aerolíneas, además, resintió la relación con un importante amigo dentro del Club de Paris, amén del lobby de las calificadoras de riesgo y de los bancos. El desteñido abanico opositor Vale abrir un paréntesis para detenerse en el vergonzoso papel de la oposición. Escuchar a los opositores por derecha desdecirse de lo que hasta hace una horas afirmaban como una necesidad (garpar) para que la Argentina esté en el concierto de los países serios fue lamentable, tanto como que ni siquiera se les caiga una idea. Como leemos acá, el incombustible Mingo Cavallo colgó en su blog este artículo “para ayudar a nuestra Presidenta”,aunque en realidad parece servir a sus históricos socios y/o patrones. Por izquierda, la oposición peca cuanto menos de perezosa. No vamos a opinar de los dichos de Buzzi porque sería un regalo meterlo en este palo. Pero la declaración de Pino Solanas reclamando que “en lugar de investigar parte de la deuda que fue contraída ilegítimamente a fines de la dictadura militar, el Gobierno acepta las presiones del establishment y paga al Club de París" resulta casi demodée. Como leímos por ahí (no encontramos el link, así que citaremos sin citar) el “Estado argentino es una continuidad histórica institucional, cercana ya a los doscientos años. Por ende, señalar la ilegitimidad de origen de la deuda, tras pagarla durante 25 años de gobiernos democráticos, parece, como mínimo, inconsistente.¿Nos dimos cuenta ayer de que estaba mal pagar? ¿Quién nos financiaría? ¿Quién liberaría créditos? ¿A qué tasas?No hay desarrollo sin financiamiento. Y ello empeora en el caso de una economía abierta, que depende, para crecer, de sus exportaciones.” Más claro… La izquierda testimonial debería darse cuenta de que así, no tiene destino, porque la gente ya sabe que hablar es más fácil que gobernar. De los radicales de Morales y cía, mejor no dar detalles. Cuando fueron gobierno (si se le puede llamar así), en menos de dos años se mandaron un repertorio completito de ajustes, recorte de salarios estatales, reducción del 13% a las jubilaciones y déficit cero, desesperados por cumplir con los acreedores. Ahora, parecían salidos de un local del PO. Comprar soberanía Nos preguntábamos al inicio si estas dos grandes decisiones nacionales que nos ocupan son contradictorias o complementarias. Para ser sinceros, cuando el tablero se pone complejo y/o confuso, lo mejor es recurrir a los métodos básicos y someter cualquier disyuntiva a la pregunta de siempre: ¿a quiénes favorece? Esto nos lleva (otra vez) a la tan meneada como postergada redistribución de la riqueza. Nobleza obliga, transcribimos una frase de la declaración de Solanas: “Con esa suma (los seis mil palos del Club parisino) se podría acabar con la indigencia o reconstruir a nuevo el sistema ferroviario y la flota marítima".Se dirá que es tan testimonial como lo anterior que criticamos, pero da un poquito por las pelotas, ¿no? Para esquivar atascarnos en el reclamo eterno de que con la guita del Banco Central se podrían hacer un montón de cosas, lo primero que hay que hacer es reformar la carta orgánica del Central. Como diputada, la actual titular del Banco Nación, Mercedes Marcó del Pont, había propuesto modificaciones a esa carta orgánica para ampliar el marco de utilización de reservas. Nunca logró reunir apoyo ni del gobierno ni de gran parte de la oposición. La redistribución de la riqueza se perdió como bandera la noche del voto no positivo en el Senado. Ahora hay que reagrupar fuerzas para que, la próxima vez, tengamos más éxito. Ahora, con sectores que lo único que pretenden es decir “Yo lo dije” o “Yo tenía razón”, no vamos a llegar muy lejos. También es importante que los sectores que estuvimos en la calle apoyando la redistribución la sigamos sosteniendo independientemente del gobierno, que tiene que atajar varios penales antes de encarar una nueva pelea para recuperar la bandera perdida. Los trabajadores de Aerolíneas dicen que con la reestatización estamos comprando soberanía.No sé si algo de eso no tuvo también la movida del Club de París. Como sea, el gobierno muy de a poco está volviendo a marcar la agenda, socorrido por una oposición que lo único que espera es que lo parta un rayo, como si una alternativa se construyera así. La aprobación en Diputados del proyecto de movilidad jubilatoria y las tímidas medidas tributarias (impuesto a las ganancias) y previsionales (asignaciones familiares) contribuyen a ese reposicionamiento oficial. Es cierto, no con la agenda de centroizquierda que nos hubiese gustado, sino con una más de centro, como ya lo dijimos. ¿Había otra posibilidad? Más allá de la pelea que se viene con Marsans, por encima de la validez táctica que pueda tener saldar la deuda con los países poderosos, el coro de voces del establishment empresarial y financiero que aplaudió de pie la medida de Cristina en la Casa Rosada, junto a alborozados títulos mediáticos como el de Julio Blank (Cristina vuelve al mundo), son una señal de alerta que nos llevan a recordar (le) la frase pronunciada por la propia presidenta hace un mes en el municipio bonaerense de San Martín: “Cuando tengo una duda, miro muchas veces quien se pone de un lado y así, por asociación, yo me pongo del otro lado”. por Carlos Benítez
Seguro hubo otras razones que se nos escapan a los millones de argentinos que no estamos en la mesa chica.
A la larga, sus voceros son siempre los mismos y tienen los intereses de siempre.
Publicado en Revista Zoom el 4 de Setiembre de 2008
jueves, 9 de octubre de 2008
SOBRE LAS CATÁSTROFES
La verdad, dan ganas de vomitar. No se puede creer el grado de distorsión y macaneo a que hemos llegado por parte de los tramposos de siempre. Hablo de lo que pasa en estos días y en ciertos poderosos medios –para no decir todos menos muy pocos– con el tratamiento que se les da a las cuestiones vinculadas con la llamada crisis financiera yanqui. Si no fuera doloroso y tan grave, sería patético.
Uno se saca, insulta, pero no cabe otra. Es increíble cómo, allá y (es terrible) acá mismo, los defensores a ultranza de la globalización, de la “apertura económica” a cualquier costo y precio, de los intereses del “ámbito financiero”, de la sacrosanta iniciativa privada, de la insoslayable rentabilidad empresaria y de todos los lugares comunes ideológicos que justifican lo peor de este capitalismo salvaje –las guerras económicas, la perduración de la injusticia y la explotación escandalosa a nivel universal, el crecimiento de la pobreza y de la brecha entre pobres y ricos– se hacen los giles, miran para otro lado, no saben de qué se trata. Cuanto mucho hablan de “fallas en los controles”. No van más allá. Y no vale la pena tampoco, con los parámetros que se mueven. Hay que venir mucho más acá a la hora de razonar. ¿Por qué va a resultar más escandalosa y grave la caída puntual en los índices de la Bolsa –ámbito paradigmático, perverso, de la especulación, de la mentira financiera–, la quiebra del negocio de una manga de estafadores de guante blanco, que el crecimiento sistemático, geométrico a veces, de los índices que miden la brecha entre pobres y ricos? ¿Cuál es la verdadera catástrofe? El sistema no reventó ahora: hace agua, hace pobres, hace violencia, hace injusticia y hace seudovalores de mierda desde que este capitalismo salvaje, este neoliberalismo mentiroso se apoderó –en apariencia– del “sentido común” universal. Da asco entonces el verso de economistas “realistas” que nos hablan –casi con suficiencia y satisfacción: es increíble– de cómo la crisis yanqui afectará no sólo a la Argentina si no está “debidamente preparada” sino a “la economía familiar” de cada uno, incluso... Pero no sacan ninguna conclusión de eso. Lo único que falta, en algunos casos, es que a la crisis yanqui, tan paqueta en el fondo, le pongan nombre de mujer –Nelly, Shirley, Carla– como a los huracanes. Porque es así: para muchos analistas, el “problema” que tiene estos ladrones parece una catástrofe natural, un lamentable fenómeno meteorológico que ha arrasado con todo y debido al cual hay que realizar operaciones de “salvataje” -–no es otra la palabra utilizada–, y se espera la solidaridad internacional. Qué hijos de puta...
Porque es falso el planteo: este sistema económico universal no está/entró recién ahora en crisis. Lo estuvo en los noventa y antes y siempre porque, además de ser esencialmente injusto, es ineficaz: siempre ha estado provocando verdaderos desastres a la mayoría de la gente –pobreza y desigualdades crecientes– mucho más graves que esta asquerosa descompostura –glotonería, ocasional intoxicación– que afecta (¿afecta?) a los ladrones: Vivimos siempre en medio de la catástrofe, en el escándalo de la dependencia asfixiante de centros de poder económico y político-militar de una grado de insensibilidad e impunidad inauditos, y con una capacidad de manipulación informativa que nos subestima y humilla.
Por Juan Sasturain
Páginas12, 29/09/2008
MOYANO, TRAS LOS DOS DEMONIOS
Hugo Moyano incurre en el mismo error que Cecilia Pando de Mercado cuando califica como crímenes de lesa humanidad hechos atribuidos a grupos no estatales durante los años 70, en este caso, el asesinato de José Ignacio Rucci, muchas veces adjudicado a Montoneros.
Por entonces, las responsabilidades penales en los conflictos armados internos —en el caso de que se reconociera al enfrentamiento un nivel de intensidad que permitiera calificarlo de esa manera— no se regían por el derecho internacional humanitario.
Los ilícitos que podía cometer la guerrilla constituían crímenes comunes y no crímenes de derecho internacional. En efecto, la noción de crimen de guerra se aplicaba tan sólo en los conflictos armados internacionales. El llamado desarrollo progresivo del derecho internacional fue modificando esa situación y, en los años 90, se reconoció la responsabilidad penal frente al derecho internacional en los conflictos armados internos librados en aquellas fechas (el caso de Ruanda ilustra ampliamente esta evolución). Podría plantearse el interrogante de saber si hechos como la muerte de Rucci constituyen, no crímenes de guerra, sino crímenes de lesa humanidad, como los califica el secretario general de la CGT. Todo un sector de la doctrina, después de la Segunda Guerra Mundial, estimó que en el crimen de lesa humanidad estaba presente un elemento estatal, eran crímenes cometidos en forma directa o indirecta desde el Estado. Tanto es así, que uno de los primeros teóricos del crimen de lesa humanidad después de la caída de la Alemania nazi -el jurista rumano Eugenio Aroneanu- acuñó una clara expresión para describir estos crímenes: "ejercicio criminal de la soberanía estatal". Una gran autoridad contemporánea en la materia -el jurista egipcio Cherif Bassiouni- se cuenta entre los autores que han considerado necesaria la participación estatal para el perfeccionamiento del tipo penal. El Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional exige para configurar el crimen de lesa humanidad que éste se cometa en el marco de un ataque generalizado o sistemático contra la población civil. Se ha entendido que generalizado significa masivo, y sistemático quiere decir planificado. Ahora bien, el Estatuto de Roma admitió como sujeto activo del crimen de lesa humanidad a grupos no estatales y no sólo al Estado.La categoría del crimen de lesa humanidad fue aplicada por el Tribunal para la ex Yugoslavia que se rige por su propio Estatuto. En la jurisprudencia del Tribunal se ha exigido que los grupos no estatales tengan control del territorio o puedan moverse libremente por el mismo para admitir su capacidad de cometer crímenes de lesa humanidad. Esto es así porque de otro modo parece imposible que un grupo pueda actuar en el marco de un ataque sistemático o generalizado contra una población civil. Vale decir que en los casos en los que no existe la intervención directa o indirecta del Estado, el crimen de lesa humanidad supone la capacidad de control territorial o de libre movimiento por el territorio de parte del autor no estatal de la infracción, lo que nunca alcanzó la guerrilla en la Argentina. Por otra parte, nunca se realizó en el país una investigación objetiva, imparcial e independiente sobre los hechos de la lucha armada, salvo algunas contribuciones académicas. Faltan, por ejemplo, investigaciones como las de las Comisiones de la Verdad, establecidas con el auspicio de la ONU en El Salvador y en Guatemala, respectivamente. Tales comisiones investigaron violaciones de los derechos humanos cometidas por el Estado y por la guerrilla en cada uno esos países y resultó de dicha investigación el carácter sistemático de las violaciones atribuidas Estado, y el esporádico de las reprochadas a las organizacion insurgentes en América Central. Es sabido que nuestra Corte Suprema considera crímenes de lesa humanidad sólo a aquellas atrocidades en que existió intervención directa o indirecta del Estado. Existe, en efecto, una diferencia cualitativa entre los actos del Estado y los de los grupos no estatales, en la escala en que actuaron en la Argentina. La diferencia estriba en la concentración de poder que es propia del Estado y en la naturaleza de ese poder dentro del sistema republicano y democrático, ya que en éste el Estado ejerce el monopolio de la violencia legítima, basada estrictamente en la Constitución, la ley y el derecho internacional. Pretender extender en el sentido antes comentado la noción de crimen de lesa humanidad es banalizar una categoría que en última instancia tiene como función pedagógica y reparadora el restablecimiento de las bases éticas del Estado, sin las cuales el Poder Público se convierte en una asociación de bandas armadas y la sociedad se precipita en el caos del que estamos toda tratando de salir. por Rodolfo Mattarollo - consultor de la Secretaría de DDHH
publicado en Miradas al Sur el 14 de Septiembre de 2008
CRISTINA EN EL COLEGIO NACIONAL DE LA PLATA
Buenos días a todos y a todas; señor Gobernador de la provincia; señor Intendente; querido Gustavo, Rector de este querido Colegio Nacional; amigos y amigas; viejos compañeros y viejas compañeras: quiero decirles una obviedad, hoy es un día de mucha emoción y de muchos recuerdos.
La última vez que estuve aquí en el Colegio Nacional fue en el año `74; Gisel, mi hermana, no llegaba, ella venía de mañana al colegio, eran las 3, las 4 y mi papá empezó a preguntar ¿dónde está tu hermana? No sé, yo sabía dónde estaba, había una toma acá en el colegio ese día, eran años muy difíciles, años de mucha lucha. Finalmente escuchó por la radio que el colegio estaba tomado y dijo: "tu hermana está ahí, yo la voy a buscar". Yo dije: "no, es un papelón que este hombre caiga en medio de la toma del Colegio a buscarla a mi hermana", así que me subí con él al auto y vine acá. Me acuerdo que estaba la policía montada afuera, entré por el costado caminando y me acerqué acá al viejo portón. Ya había terminado la toma y mi hermana se había ido a casa hacía unos instantes, pero me acuerdo que fue la última vez que traspuse ese portón y que vine acá. Realmente han pasado muchas cosas, todas las que contó Gustavo; recuerdo todavía a Claudio cuando venía a casa; lo volví a encontrar muy lejos de acá, su nombre en un bosque de la memoria cerca de Jerusalén; allí me enteré que su madre era judía y que por eso figuraba y lo recordaban también en ese parque de la memoria; muchas cosas, señales, coincidencias. Vengo recién de otro lugar también emblemático aquí en La Plata, el Hospital de Niños y justo ahí me encontré con la hermana de crianza de Joaquín, el compañero de Adela Segarra, otra alumna de esta casa. No sé si estará Adela por ahí, si habrá venido. ¡Hola Adela cómo estás! Me encontré con Nené, una hermana de crianza de Joaquín que estaba en el Hospital de Niños. Nada que ver pero todo que ver. Es como que todos los pedazos vuelven a juntarse unos con los otros y podemos volver a construir un país, sueños e ilusiones. La reconstrucción de este colegio no es una obra arquitectónica, no es la reparación de un monumento histórico construido hace 100 años. Es algo más, es la reparación de nuestra propia memoria, de nuestros propios recuerdos por los que no están, en esta noche también aniversario de la Noche de los Lápices. Pero no es un día de tristeza, no tiene que ser de tristeza, al contrario, tiene que ser de alegría, porque en aquellas épocas duras, de enfrentamientos, había también alegría; alegría porque se quería cambiar un mundo y una sociedad a la que vivíamos como injusta. Por eso digo que esta obra que estamos inaugurando hoy es la reparación de esos sueños. Y nos encuentra en un momento muy particular de nuestro país y del continente. Hoy Gustavo recordaba que estuve ayer en Santiago de Chile, en La Moneda. Ayer pude asistir también allí, nos mostraba la presidenta Bachellet cómo reconstruyeron el escritorio íntegro de Salvador Allende y el sillón en el que él murió. (APLAUSOS). Me acordé en ese instante de otro 11 de septiembre aquí en La Plata, 11 de septiembre de 1973, te tenés que acordar Emilse vos también, fue una de las movilizaciones más grandes que se hizo al otro día, el 12, en repudio al golpe militar. Entonces uno va juntando memoria, va juntando recuerdos, va juntando experiencia y junto a esas experiencias viene lo que planteaba recién Gustavo, la actitud positiva y diferente de construcción, de una construcción que hoy nos permite decir con orgullo que vamos a destinar a la educación por la que siempre peleamos, con la que siempre soñamos y con la que nos hicieron de la manera que nosotros somos, poder destinar la mayor cifra que nunca se destinó en toda la historia de la República Argentina a nuestras universidades, a nuestros colegios, a los sueldos de nuestros educadores universitarios. (APLAUSOS) Y junto al trabajo recuperamos la educación; la educación y el trabajo que son los dos instrumentos por los cuales una sociedad cambia, por los cuales una sociedad crece. Hoy también es otro aniversario, tal vez para algunos un poco más de un sector, 16 de septiembre de 1955, hace 53 años del derrocamiento. Son cosas que todavía muchas veces separan, pero yo me quedo con el discurso que una vez pronunció Estela de Carlotto en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno cuando se recordó otro 16 de septiembre. Ella contó que era antiperonista en septiembre de aquel `55, que como tantos otros argentinos ese día estuvo contenta, y que cuando pasó el tiempo se dio cuenta que se había equivocado, porque se piense como se piense y se esté en el lugar que se esté nunca se puede celebrar cuando cae un gobierno democrático, elegido por el pueblo, aunque ese gobierno no sea el nuestro, el que hayamos votado, aunque no nos guste. (Aplausos) Por eso me atrevo a juntar todo en esta mañana, el 16 de septiembre de los chicos de La Noche de los Lápices, el 16 de septiembre de aquel peronismo, y tal vez, aunque no todos lo veamos, haya un hilo conductor entre todo eso, porque cuando en las sociedades no se respeta libremente la expresión de los otros, cuando se cree que solamente por tener una posición económica o una posición de elite hay que predominar o dominar al conjunto, creo que es ahí cuando las sociedades comienzan a equivocarse, cuando pierden sus formas democráticas. Democracia no es solamente votar cada dos o cuatro años, democracia es fundamentalmente aceptar al otro con las diferencias, con los errores y con los aciertos. Por eso este 16 de septiembre es un 16 de septiembre diferente, de optimismo, de alegría, de recuperación, de construcción, porque además estoy absolutamente segura de que ellos querrían tener también un país como el que hoy empezamos a construir entre todos. Por esas cosas, por el acceso a la educación, por la movilidad social, porque la educación sea un derecho para todos y el trabajo también, es por lo que luchábamos, y creo que siempre seguiremos luchando. Hoy quiero agradecer a Gustavo, el Rector del Colegio Nacional, por ese empecinamiento, esa perseverancia en la recuperación de este colegio que es emblemático para los platenses y para los argentinos, para todos aquellos que concebimos a la educación, a la excelencia, como un objetivo a lograr por todos. Yo quiero convocarlos a todos en este día de fuerte connotación nacional, local y hoy regional, con las cosas que pasan en la región, a unirnos muy fuerte para defender principios de libertad, principios de democracia, principios de educación, de trabajo, de construcción, por la positiva, por vivir para adelante, por eludir el agravio y la descalificación. En todo caso confrontar ideas y argumentos, pero nunca más confrontar insultos, agravios o descalificaciones, porque el mejor homenaje que les podemos hacer a esos jóvenes que hoy estas aulas llevan sus nombres, es eso, la lucha con la idea y con el argumento, fundamentalmente con las ideas, nunca más con el agravio o el enfrentamiento. Creo argentinos que estamos en un momento de profunda introspección de nosotros mismos, viendo cómo ese mundo, ese primer mundo que nos habían pintado en algún momento como la meca a la que debíamos llegar, se derrumba como una burbuja. Y aquí nosotros, modestos y humildes los argentinos, con nuestro proyecto nacional, con nuestro construir con nuestros propios esfuerzos, con la acumulación de nuestras reservas, con la construcción de un modelo industrial, de acumulación de trabajo, de educación, aquí estamos, en medio de la marejada, firmes, como este colegio, reconstruidos y dispuestos a seguir enfrentando como siempre el presente y el futuro. Muchas gracias a todos ustedes por haber esperado tanto tiempo y gracias a los alumnos, a los padres, a los compañeros, a las madres, a las abuelas, a todos los que siguen creyendo que la Argentina es nuestra casa y nuestra mejor casa. 16-09-2008
APUNTES PARA COMPRENDER LA HISTORIA
La Historia es la política pasada. La política actual será la historia futura. Depende de qué lugar partamos para el análisis es que podremos comprender los hechos pasados o actuales y podremos incidir en el futuro. Hay dos puntos divergentes desde donde debe comenzar nuestro análisis.
En el primer caso la discusión es entre clases internas de un país (burguesía, proletariado), en el segundo son todos los sectores sojuzgados por la presión imperial (trabajadores, desocupados, profesionales, estudiantes, empresarios pequeños y medianos y un sinnúmero de otros actores), versus los sectores nativos asociados al capital foráneo y al país imperial, en nuestro caso y en esta etapa histórica EEUU.
Si la contradicción principal es izquierda-derecha, la mayoría de los hechos acaecidos en nuestro país durante el siglo XX y el conflicto reciente del campo queda a nuestro criterio sin explicación.
¿Cómo se entiende que la izquierda vernácula haya atacado al gobierno de Irigoyen cuando éste tambaleaba para dejarlo en manos de Uriburu?
¿Cómo se entiende que esos mismos partidos hayan acompañado a Braden en su enfrentamiento con Perón?
¿Cómo se entiende que esas izquierdas hayan aportado cuadros sindicales y embajadores en el ’55?
¿Cómo se explica que hayan tildado de ala democrática a Videla y hayan aportado nuevamente embajadores en el golpe del ’76?
¿Cómo puede ser que haya trotskistas y maoístas acompañando a la Sociedad Rural en el conflicto actual y otros grupos de izquierda se mantengan al margen del conflicto? Analizar los hechos recientes bajo esa lupa nos dejaría medio ciegos.
En cambio si analizamos la historia desde la construcción que va haciendo nuestro pueblo, entenderemos que en el campo nacional hay amplios sectores que a veces tienen intereses contrapuestos pero que este hecho es una contradicción secundaria respecto del problema principal y por eso a todos los une la necesidad de enfrentar a quienes los oprimen. Son estos frentes los que avanzan en el proceso de liberación.
Si analizamos el frente policlasista del ’45 donde convivían obreros, militares nacionalistas, curas y empresarios nacionales entre otros, vemos que es el período de nuestra historia donde hubo pleno empleo y desarrollo. Ese frente nacional fue el que nos sacó durante ese período del yugo del imperio.
Si la contradicción fuese izquierda derecha nada de lo anterior se explica.
¿Cómo puede ser que convivan patrones y empleados en un mismo frente?
¿Cómo puede ser que los más furibundos izquierdistas no estén junto a la clase obrera?
Si la contradicción es nación imperio es sumamente simple de comprender: colonizados de un lado, nacionales del otro.
por Gabriel Mourelos
LA BORRACHERA OLIMPICA DE GEORGE W. BUSH
Las fotos más escandalosas fueron tomadas durante el partido de vóleibol de playa: el presidente bajó a la cancha y quería tocar a las jugadoras. Sus guardaespaldas y sus azoradas hijas tuvieron que organizarle la retirada.
Según las reveladoras fotografías que los grandes medios ignoraron y solamente fueron publicadas en el sitio estadounidense Gawker.com, en el francés voltairenet.org y el venezolano Aporrea, el presidente estadounidense protagonizó un verdadero maratón alcohólico durante las Olimpíadas de Beijing.
George W. Bush fue adicto al alcohol durante dos décadas hasta que en 1985 su esposa Laura le presentó un ultimátum: "O la botella o yo”. Con 40 años recién cumplidos, Bush decidió ponerse en manos del reverendo Billy Graham y dijo "adiós Jack Daniels, hola Jesucristo', según confió un viejo amigo a la revista Newsweek.
El reverendo Graham fue el artífice del milagro, aunque hubo un personaje mucho más terrenal que medió en su conversión: Don Evans, un amigo texano que arrastró a Bush al primer grupo de estudios bíblicos, una actividad casi tan popular como la música country en los estados sureños.
Durante casi dos años, profundizó en el estudio del Nuevo Testamento y se adentró en el Evangelio según San Lucas. La conversión de San Pablo fue la historia que le hizo abrir los ojos y cerrar definitivamente la botella hasta ahora.
Bush dice que nunca se consideró un alcohólico y se jacta de que nunca asistió a una reunión de Alcohólicos Anónimos. En realidad no lo necesitaba porque el grupo de estudios bíblicos cumplía exactamente la misma función: "Ustedes saben que yo tenía un problema con la bebida", confió a un grupo de religiosos con los que se reunió en septiembre de 2002.
"Hay una sola razón por la cual yo estoy en el Salón Oval de la casa Blanca, en lugar de estar en un bar de Texas: encontré la fe, encontré a Dios”. Hablando en la universidad de Yale en 2001 Bush fue más lejos y sugirió que Dios lo había encontrado a él.
Las dos décadas de alcoholismo de Bush cuando tenía entre 20 y 40 años de edad, fue abordado con mucha seriedad en un libro del cual hoy casi no se habla. Se trata de Bush en el Diván, del reconocido psiquiatra Justin A. Frank.
El doctor Frank sostiene que ":.. la interrogante más apremiante es si la influencia de esos años de bebedor empedernido y su abstinencia posterior aún inciden en él y en los que lo rodean'".. "El alcoholismo es una enfermedad potencialmente fatal, un mal de toda la vida que resulta sumamente difícil de detener de forma permanente"
"Bush ha dicho públicamente que dejó de consumir alcohol sin la ayuda de Alcohólicos Anónimos (una organización dedicada al tra¬tamiento de adictos al consumo de alcohol), ni de ningún programa contra el uso indebido de sustancias prohibidas, y ha afirmado que dejó el hábito para siempre con la ayuda de instrumentos espirituales, tales como el estudio de la Biblia y conversaciones con el evangelista Billy Graham."
"Seguramente -señala el doctor Frank-, todos los estadounidenses quisieran creer que el Presidente ya no bebe, aun cuando no tengamos la forma de saber si es cierto. De ser así, se ajusta al perfil del antiguo bebedor cuyo alcoholismo ha sido detenido pero no tratado”.
Y añade: "Los antiguos bebedores que se abstienen sin el beneficio del programa de Alcohólicos Anónimos son conocidos como `borrachos secos', un término que Bush ahora ha contribuido a ahogar en el fondo de una botella de Jack Daniels”.
Walter Goobar
Publicado en Miradas al Sur
EL GENERO DELATA
Desde hace un tiempo se ha puesto de moda hablar sobre la perspectiva de género, las políticas de género, la equidad o igualdad de género, etc.etc. Y como está de moda, hablamos. Muchas veces, por estar a la moda, para sentirnos parte de un grupo... y pocas veces por convicción.
Cuando algo está de moda, podemos usarlo o no, y no pasa nada. Pero la convicción deviene de la realidad, y la desigualdad entre hombres y mujeres se palpa a cada rato, todos los días, en todos lados. Es tan cotidiana como “lavar los platos” y por eso no se ve y no nos convencemos de su existencia. Parecen solo palabras, y es una triste y dolorosa realidad, que hace que mujeres y hombres malgastemos una hermosa posibilidad de tener una vida mejor, más plena, más justa para ambos géneros.
Resulta bastante complicado explicar algo que no se ve, y más aún, que no se quiere ver... pero haremos el intento.
La biología nos divide por sexos: Mujeres y Hombres. Es una clara diferenciación sexual en la mayoría de las personas. Salvo en algunos casos llamados transgenéricos, en los que la naturaleza, la biología, los cromosomas de una persona no se han terminado de definir al nacer y se debe recurrir a la medicina y a la psicología para que colaboren en la distinción.
Tanto mujeres como hombres llegamos a este mundo dotados de dos brazos, dos piernas, dos manos, un cerebro... que son las herramientas que tenemos para desarrollar nuestra vida.
En lo único que nos diferenciamos, es en nuestra maravillosa sexualidad y en la capacidad de reproducción, las mujeres tenemos un útero, que podemos utilizar SI LO DECIDIMOS, para tener hijas o hijos, y los hombres no lo tienen. Por lo tanto, esa sería la única diferencia sustancial que debería condicionar el desarrollo de las personas.
En un mundo ideal, aquellas mujeres que en conjunto con sus parejas decidan procrear, necesitarán de cuidados especiales durante los 9 meses de gestación, el parto y el puerperio, por cada descendiente que deseen tener. Por ejemplo: una buena alimentación, una adecuada atención de la salud, licencias laborales, etc. Pero pasado ese período, las mujeres y los hombres volveríamos a ser iguales en cuanto a los deberes y derechos para el desarrollo de la vida individual y colectiva. Esto no debería incidir en sobrecargar solo a las mujeres por el resto de sus vidas, en la responsabilidad del cuidado y crecimiento de la progenie, en desmedro de su propio crecimiento intelectual, laboral o profesional. Pero es lo que ocurre en el mundo real. Luego, la sociedad, nos agrega a esta distinción biológica, una construcción cultural: lo femenino y lo masculino. Y aquí es donde aparece el género. Que como toda construcción cultural, se puede (y se debe) modificar. Desde hace millones de años, se ha ido construyendo esta estructura social y cultural que ha sido destructiva para la relaciones humanas, injusta y desleal. Por eso, la perspectiva de género viene a delatar y a desvelar esta injusticia, esta desigualdad sufrida por millones de mujeres sometidas a lo largo de siglos, y de hombres sometedores. Nos decían que las mujeres debemos ser femeninas, calladas, sumisas y serviciales y que nuestra función en la vida era sólo ser madres, ese era el mayor logro al que podíamos aspirar, las reinas de la casa, lavando, limpiando, cocinando, criando la descendencia y cuidando a las y los mayores, siempre adentro de casa y calladitas la boca. Esas eran las mejores mujeres, y las que se salían de ese rol designado por la cultura, eran malas. Nos decían que los hombres deben ser masculinos, fuertes, capaces de dirigir y ser jefes y levantar la voz, capaces de proveer el sustento de la familia, que no debían llorar. Esos eran los mejores hombres, y los que demostraban debilidad o ternura, unos imbéciles u otras distinciones muy discriminatorias... Y así llegamos a este tercer milenio, luego de grandes crisis económicas que nos sacaron a todas y todos a las calles abollando cacerolas, al grito de que se vayan todos... Y nos demostraron que las mejores mujeres y los mejores hombres son las y los que emprenden la vida con una filosofía de conjunto, compartida en la lucha y en los logros. Las mujeres que somos excelentes trabajadoras y reclamadoras de nuestros derechos, las desocupadas gritonas que salieron a cortar rutas reclamando la comida para sus familias: tanto para sus hijas e hijos como para sus compañeros hombres, a los que la crisis les quitó la posibilidad de cumplir con el mandato “masculino” de hombre proveedor porque los dejó sin trabajo y los sumergió en la culpa y la depresión. Entonces, hablar de la perspectiva de género es una realidad, existe, nos ayuda a delatar que estas injusticias tienen que ver con el manejo del poder: tanto el de los hombres sobre las mujeres, como el de la cultura dominante sobre los individuos más débiles. Se asignan roles y se somete desde el poder. A los pobres los someten los ricos para su propio beneficio y cuando no los necesitan los excluyen o los matan. A las mujeres las someten: primero el poder y también los hombres para su propio beneficio, y cuando no las necesitan o les molestan, las excluyen, les pegan, abusan de ellas, las violan o las matan. Y esto es lo que no se quiere ver, ni decir. Y es lo que la perspectiva de género viene a delatar. La humanidad ha construido esta lógica de poder desde hace milenios, y como dice la filósofa Isabel Rauber: “Este cambio cultural que produce la mirada de género le puede llevar a la humanidad unos cinco mil años”. Y ya es hora de empezar por casa no? Está tan marcada la diferencia de roles, el sometimiento de lo masculino sobre lo femenino, que en nuestro idioma español, las mujeres tenemos dificultades hasta en el lenguaje... no estamos, o estamos ocultas, no existimos. Es increíble que para sentirnos parte todavía tengamos que pelear para que los hombres nos incluyan en su discurso, aunque ya algunas y algunos son capaces de decir: Señoras y Señores, compañeras y compañeros, vecinas y vecinos, jubiladas y jubilados, niñas y niños... cuando deben dirigirse a determinado público. Porque aunque hasta ahora nos hayan ocultado y excluido, es una contundente realidad que somos más mujeres que hombres en todos los ámbitos en los que nos movemos a diario, pero no nos nombran. Y lamentablemente, tenemos que reconocer que muchas de las mujeres que acceden con grandes esfuerzos, a algún lugar del poder, todavía están impregnadas de la cultura dominante y machista, y ejercen el poder igual que los hombres. Sometiendo e ignorando las diversidades. La ciudad de Buenos Aires tiene una población mayoritariamente femenina siendo la tasa de masculinidad 84 varones cada 100 mujeres (Anuario GCBA 2004) a pesar de ello, Buenos Aires sigue arrastrando índices de inequidad que se reflejan en diferentes espacios y ámbitos. Necesidad de Políticas Públicas con perspectiva de Género Los indicadores de tasa de actividad en Buenos Aires, diferenciada por sexo, muestran que la mayor tasa de actividad corresponde a los hombres (V: 60%; M: 45%) y a la población de 25 a 49 años. Así mismo, para las jefaturas de hogar, se siguen registrando a los hombres mayoritariamente como jefes de hogar cuando se observa que el mercado laboral se ha modificado sustancialmente. Esta modificación estima que hay un subregistro de un 20% en jefaturas femeninas. En términos de ingresos, para la Ciudad de Buenos Aires se repite el esquema de la estadística nacional. Las mujeres perciben salarios hasta un 30% menor que el de sus pares varones por similar posición, igual cantidad de horas laborables, y calificación. Con respecto a composición familiar se observa que, en los casos de rompimiento de vínculo marital, los hijos conviven en un 40% más con la madre que con el padre. Esto se repite en todos los sectores sociales y en la franja de edad (de la madre) de entre los 25 y 45 años de edad. Estos datos son significativos a la hora de pensar políticas de viviendas, créditos y emprendimientos productivos y/o profesionales. Otro tema que merece una mención especial, es la violencia de género. Es imprescindible diferenciar este tipo de violencia que padecen las mujeres por el sólo hecho de ser mujeres, de la violencia familiar o la violencia sexual. La violencia de género se manifiesta subrepticiamente, se filtra en todos los ámbitos, tanto educativos, como de la salud, la justicia, el laboral y el doméstico. A pesar de que el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, tiene recursos variados para la asistencia a víctimas de violencia de género y sexual, no se han alcanzado los parámetros óptimos de denuncia, asistencia y prevención de la violencia de género. Se estima que sólo se registran el 20% de los casos de violencia de género y se asiste a tan solo del 6 al 8% de los casos. Imaginemos un mundo ideal: Para acercarnos a la concreción de este mundo mejor, es imprescindible contar con un estado responsable y presente, que instale y sostenga estas premisas en sus políticas públicas, a fin de contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de la población, reducir la violencia y la inseguridad e instalar una cultura más democrática, que se desarrolle en el marco de la equidad, la pluralidad y la diversidad que lo compone, integrándose a una ciudadanía plena de derechos. Y nosotras y nosotros, desde el barrio, en nuestra vida cotidiana, poner cada dìa un poquito de esfuerzo para cambiar esta realidad tan injusta. Los hombres asumiendo las tareas domèsticas en igualdad horaria con las mujeres, las mujeres delegando esas tareas sin culpas, porque es su derecho. Y todas y todos transmitiendo a las niñas y los niños que hasta ahora nos veníamos equivocando. Al fin y al cabo, esto queremos decir cuando hablamos de género. Cristina Lorenzo
de Mujeres Marchando
Copyright: Revista Aquí Mataderos – Año 23 – Abril de 2007 – Nº 247
VIOLENCIA DE GENERO EN ALZA
Es cierto que en Argentina no existe un registro único y oficial que contenga una estadística anual de todos los casos de violencia familiar en todo el país. Pero existen, sí, varios organismos del Estado, y también no gubernamentales, dedicados a la asistencia directa a las víctimas y también al trabajo especial para combatir un problema que desde hace más de 10 años no deja de avanzar en los hogares argentinos. Según un informe recientemente realizado bajo un seguimiento parcial de noticias publicadas desde enero a julio de este año por Amnistía Internacional, unas "81 mujeres fueron víctimas fatales de su pareja, ex pareja o miembro de su unidad familiar". Según ese relevamiento, cada día se da el dos por ciento de los casos de violencia familiar, doméstica, laboral o en la calle. Es decir, 11 mujeres sufren algún tipo de agresión semanalmente. Al mismo tiempo, el informe revela que existe un caso de violencia física, agresión o muerte, cada 16 días. Casos como el de Rosana Galliano ocurrido el 16 de enero o el de Mónica del Carmen Pérez, asesinada por su marido -quien luego se suicidó- el pasado 11 de agosto son ejemplos de un problema que persiste en nuestro país y, sin duda, necesita una solución. Rosana, por ejemplo, venía denunciando hacía tiempo persecuciones por parte de su ex marido, José Arce, aunque aún la Justicia no pudo determinar quién fue el asesino. En el de Pérez, casi insólito, lo había hecho ante las cámaras de televisión: "Necesito ayuda, no quiero aparecer descuartizada en los medios". Y así fue. Apareció muerta. Otro caso emblemático es el de María Pía Gugliermi, la mujer asesinada el 6 de junio 2006 en los bosques de Palermo. Su pareja, Carlos Báez, fue beneficiado con la falta de mérito en la causa que lo investigaba por ese crimen. Por el mismo caso, también salieron favorecidos dos imputados más: el cabo de la Policía Federal Rubén Rivera y Carlos Pelozo, más conocido como el Rengo. Con la reforma constitucional de 1994, nuestro país cuenta con uno de los elementos fundamentales para combatir la violencia. Gracias al artículo 75, inciso 22, los tratados y convenciones de los Derechos Humanos tienen rango constitucional. En consecuencia, la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (Cedaw) ha sido ratificada por el Estado. Y tanto la Nación como las provincias, cuentan con su reglamentación. Sin embargo, las mujeres siguen muriendo. Publicado en Miradas al Sur el 31 de Agosto de 2008
TRANSFERENCIA DE AEROLINEAS ARGENTINAS
Buenas tardes a todos y a todas; señor Presidente provisional del Senado; señor Presidente de la Cámara de Diputados; señores Gobernadores de las distintas provincias argentinas; señores legisladores, legisladoras; señores empresarios:
Recién cuando escuchaba al señor Ministro de Planificación Federal, recordé la primera vez, que volé en un avión, tenía exactamente 22 años, fue en Aerolíneas Argentinas y fue porque un hombre, al que había conocido en mi ciudad, en la Universidad de La Plata, quería llevarme a conocer a sus padres, que vivían en el sur, en Río Gallegos, en la Patagonia y esa vez fue la primera que viajé en avión.
Luego, también, cuando viajé por primera vez, al exterior, lo hice en un vuelo de Aerolíneas Argentinas, en primera clase, en una primera clase que realmente podía compararse con las primeras clases de las mejores líneas aéreas del mundo.
Quiero decirles que me hubiera gustado realmente que este acto no tuviera lugar, me hubiera gustado mucho que quienes adquirieron la empresa, a quienes se les vendió la empresa hubieran podido llevar adelante una operación exitosa y hoy estaríamos, tal vez, encontrándonos por otras razones, por otros motivos. Pero lo cierto es que la descripción dura, grave, pero cierta que ha hecho el señor Ministro de Planificación, en cuanto al estado de nuestra aerolínea de bandera, en cuanto a la posibilidad de seguir comunicando a nuestras ciudades, localidades del país profundo ha obligado al Estado Nacional a tomar una decisión, esta decisión para poder garantizar el servicio, la comunicación y para poder garantizar la subsistencia de nuestra aerolínea de bandera. Yo debo confesarles, que recién, cuando escuchaba un poco la descripción de lo que fue la ola privatizadora, que sacudió a toda la América latina, a toda la América, a todo el mundo, tal vez a partir del Consenso de Washington, debo también decir algo que siento muy adentro de mi corazón y de la experiencia, y que no sería sincera sino lo dijera, por lo menos, en voz alta. Yo creo que, más allá de todos los intereses terribles, que alentaron esas políticas y esas doctrinas, tal vez, nosotros los argentinos muchas veces no nos dimos cuenta que con nuestras alentábamos y fomentábamos que esos discursos privatizadores, sobre todo en materia de servicios públicos, penetraran en la sociedad y fueran demandados por la gente, tal vez alguien podrá recordar alguna mítica Doña Rosa, que era permanentemente convocada y anunciada. Y lo cierto es que ese discurso que, tal vez, sin lugar a dudas, respondía a otros intereses tambien encontraba anclajes importantes en comportamientos y conductas. ¿Por qué? Porque los servicios públicos necesitan una buena prestación, que es la única garantía de que realmente, entonces, esos discursos no penetren. Yo recuerdo, tal vez en otras actividades, no en una aerolínea, que uno debía estar un año o dos para conseguir un teléfono y pagarlo a cifras exorbitantes y tal vez uno no era bien atendido en tal o cual servicio o no podía contar con el agua, o con el gas o no podía contar con la línea de electricidad. Y entonces todo eso fue lentamente como un hilo de agua horadando la piedra y penetrando. Yo no creo que solamente hayan sido intereses, sino también comportamientos y conductas propias que fueron funcionales, tal vez, a esos discursos y a esas doctrinas. Hoy, Aerolíneas Argentinas es una empresa concursada, está en concurso. Para los que no entienden Derecho, el concurso es el paso previo a la quiebra. En estas condiciones y con una deuda post-concursal, como recién decía el Ministro, de casi 980 millones de dólares, de los cuales 260, algunos síndicos sostienen que es más, que es exigible, ordené al Ministerio que se presentara ante el señor Juez del concurso para precisamente pedir la intervención judicial por esa deuda post-concursal y poder garantizar el servicio mínimo. Luego pudimos llegar a un acuerdo, que se formalizó hoy, y que consiste básicamente en un período de transición de 60 días, en los cuales debemos analizar - Tribunal de Tasación de la Nación mediante - cuál es el verdadero estado patrimonial de la empresa. Pero esta es una decisión, que no puede ser tomada solamente por quien les habla, por más facultades legales, que tenga como Presidenta de la República. Esto exige también la participación activa del Congreso Nacional. En primer lugar, porque me corresponde por aplicación de la ley 23.696, de privatizaciones y la Comisión Bicameral, de seguimiento de las privatizaciones, que tiene participación obligatoria, desde que la compañía se privatizó hasta la fecha. En segundo término, porque también debemos disponer de sumas para poner en valor, nuevamente, a la empresa. Y de esta manera, luego, plantearnos la participación, a través de mecanismos licitatorios públicos transparentes, nacionales e internacionales, la incorporación de capital privado porque creemos en la articulación de lo público y lo privado para hacer grande a esta empresa. Creo, entonces, que vamos a tener una participación de los tres Poderes básicos del Estado: quien preside el Poder Ejecutivo; el Parlamento, a quien se enviará el proyecto de ley para su tratamiento y eventual aprobación y, obviamente, la tercera pata del trípode, el Poder Judicial, porque, reitero, se trata de una empresa concursada. Pero no llegaremos a buen término ni a buen puerto si además no contamos con algo que es esencial, definitivo y estructural en el salvataje de Aerolíneas Argentinas como empresa de servicios y que es la participación activa y positiva de todo su personal, sus pilotos, sus técnicos, sus azafatas, su personal en las maletas. En fin todos los gremios que hoy constituyen el corazón de la empresa y que son realmente los únicos quienes, junto a la ayuda que pueda dar el Estado a través de sus tres Poderes, Ejecutivo, Judicial y Legislativo, pueden salvarla, porque es una empresa de servicios y el objetivo debe ser el usuario, recuperar al cliente de Aerolíneas que se fue ya que los que vuelan quieren volar seguros, quieren salir en término el día que habían previsto y llegar al lugar a la hora y en el día que habían previsto y esto no lo puede hacer ni la Presidenta ni los legisladores ni los jueces. Que los vuelos salgan en horario, que lleguen en horario, que el usuario no se vea por allí molestado por conflictividades o por cuestiones que le son absolutamente ajenas porque él ha pagado el precio de su pasaje, de su servicio y lo que quiere es recibir ese servicio, es una tarea que, como en toda empresa de servicios, no solamente en Aerolíneas, le va a corresponder a sus trabajadores. Lo que nosotros tenemos como obligación desde el Estado es garantizar los instrumentos como para que puedan hacerlo, pero el servicio va a ser esencialmente responsabilidad de todos ellos y su salvataje también. Yo quiero hablarles desde el corazón, desde la sinceridad con la que siempre he abordado todos los problemas. Creo que uno de los principales problemas que muchas veces tenemos los argentinos es no hacernos cargo de las cosas, es ocultar, disimular o disfrazar los problemas; yo creo que todos, absolutamente todos debemos acostumbrarnos a abordarlos con sinceridad, con convicción, con transparencia, con la voluntad, como recién decía el señor Ministro de Planificación Federal, para resolverlos, pero todos sabiendo cuál es la responsabilidad que nos cabe en cada uno de los momentos y en cada una de las acciones que tenemos que llevar a cabo. No es difícil, yo creo que lo podemos hacer, yo creo que hemos dado muestras de que hemos podido torcer un destino que muchos creían que era imposible hacerlo en la Argentina, como gestionar de una manera diferente, lograr cosas que parecían impensables. Pero para eso necesitamos el esfuerzo mancomunado de todos, una disciplina entre nosotros mismos que garantice que la empresa vuelva a ocupar ese lugar privilegiado que supo ocupar porque estoy convencida de la capacidad de los hombres y de las mujeres que integran su personal. Es necesario que todos pongamos entonces el esfuerzo en la misma dirección, con los mismos objetivos y pensando en los usuarios, nacionales y extranjeros. Yo quiero contarles, ustedes lo saben, que hemos duplicado la cantidad de turistas en la Argentina: de 2 millones hemos pasado a más de 4 millones, más de 4.100 millones de dólares, 7,7 del PBI hoy es producto del turismo en sus diversas actividades. Es clave para nosotros tener, entonces, una aerolínea de bandera y un servicio aerotransportable, no solamente hacia el exterior, sino también en nuestros vuelos de cabotaje de calidad y eficiencia para no perder todo lo que hemos ganado como destino turístico. Esto debemos hacerlo con la convicción, no solamente de cuidar nuestro puesto de trabajo, sino sabiendo que nuestro puesto de trabajo lo cuidamos, no porque el Estado se haga cargo de la empresa, sino que el puesto de trabajo en una empresa de servicios se logra brindando el mejor servicio y ganando la mayor cantidad de clientes. Esto es así en cualquier actividad que tenga que ver con los servicios. Comprender esto es empezar a resolver el problema y yo estoy convencida de que lo vamos a poder hacer porque los argentinos, más allá de las dificultades, más allá de las diferencias que tenemos, somos esencialmente hombres y mujeres inteligentes que, finalmente, vamos a privilegiar, como siempre lo hemos hecho, los intereses de nuestro país. Con esta convicción y con esta confianza es que hoy me dirijo a todos ustedes y, especialmente, a los trabajadores de Aerolíneas Argentinas, pidiéndoles un esfuerzo muy grande porque el Estado, haciéndose cargo de sueldos, haciéndose cargo de aguinaldos, haciéndose cargo de todo lo que se necesita para poner en marcha nuevamente la empresa, está apostando, junto a todos los argentinos, a que ustedes pueden darnos también esa mano y, entre todos, volver a ser y a construir la Aerolínea Argentina que alguna vez fuimos y que desgraciadamente por esta historia tan terrible que hemos tenido, no solamente en esto sino también en tantísimas otras cosas, habíamos dejado. Yo quiero agradecer la presencia de todos ustedes y dar un voto de confianza para que juntos todos podamos volver a decir "todos somos Aerolíneas Argentinas". Muchas gracias. (APLAUSOS)
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