—Su espacio no acompañó al kirchnerismo en Octubre, pero sí en el conflicto por las retenciones. ¿Cuál fue su lectura?
—Hicimos un acompañamiento crítico con absoluta autonomía. Las retenciones móviles son una medida adecuada tendiente a apropiarse para distribuir parte de una rentabilidad extraordinaria que, entre otras cosas, surge del tipo de cambio sostenido por el Estado con esfuerzo de todos y todas los integrantes de la sociedad. Por otra parte, consideramos que lo que estaba en discusión era el rol del Estado como garante y legítimo regulador de la economía. Así como el modelo del rol de Argentina en el mundo y los beneficios de ese rol, si accederá el conjunto de la población o no; para la distribución equitativa es necesario que el Estado se apropie esos beneficios.
—¿Y cuáles son las críticas?
—Acompañamos críticamente porque creemos que el Gobierno viene devaluando su palabra oficial, por ejemplo con su manejo del INDEC. Así pierde posibilidades de interpelar a la sociedad en temas importantes. Criticamos también el proyecto del tren bala, el no reconocimiento de la personería de la CTA, o el creciente sostén del Gobierno en las estructuras del PJ.
Pero las críticas no inhiben apoyar lo positivo; hay un rumbo con un piso que compartimos, como fuerza progresista debemos estar de este lado peleando por subirle el techo al rumbo.
—Desde ese punto de vista, ¿lo sienten como una derrota propia?
—Creemos que fue una derrota no sólo del Gobierno sino de todos los que queríamos profundizar el debate sobre distribución y el rol del Estado en esa distribución, una derrota en el arco de consenso sobre la importancia de esos temas.
—¿Qué perspectivas le calcula a la red de sustento kirchnerista tras el denominado fracaso de la Concertación?
—Sucede que la Concertación era, o es, una estructura sostenida sobre un sistema de conveniencias, no de convicciones. Una estructura así es funcional a cualquier ideología, no se puede pensar en sostener un proyecto transformador sobre eso.
La Argentina necesita espacios políticos nuevos. Tal vez pueda participar el kirchnerisno no pejotista, el ARI no derechizado, la CTA, en forjar un espacio común que reconozca el piso construido desde 2003 y pelee por elevar el techo puesto por el propio PJ. En principio es importante que estas ideas se sigan debatiendo, sobre todo en torno al crecimiento con equidad.
Después, hubo sectores progresistas que quedaron del otro lado. No todos los opositores a las retenciones se oponían por los mismos motivos. Para algunos era conceptual, de derecha orgánica, mientras que otros encontraron ahí el lugar para expresar su oposición al gobierno kirchnerista.
—¿Qué puntos considera principales para la discusión política actual y por venir?
—Dos ejes: más democracia y más distribución. Hay que mejorar la calidad de la política día a día. Porque es un valor en sí pero además porque son dos cosas que van de la mano, justicia social y democracia, se retroalimentan. El sistema de partidos aún debe ser profundamente mejorado, a la par de continuar peleando por políticas redistributivas que por ejemplo graven la renta financiera y los derechos a las exportaciones mineras, y que lleve a cabo una reforma tributaria profunda que entre otras cosas reduzca el IVA para productos de primera necesidad.
Por Martín Sabatella
Publicado en Revista Zoom el 21 de Agosto de 2008